viernes, agosto 31

Mi geografía

1.- Conozco mi cuerpo. El cansancio se me acumula en la espalda con latigazos en la columna, un sobrepeso en los omoplatos. El remordimiento me hace cosquillas en las sienes. Como un dolor de cabeza pero al revés. Los nervios estrujan mi estómago y la emoción tamborilea mi pecho. Es como un mapamundi de las sensaciones. El insomnio lo noto en los brazos y la temperatura en los pies.

2.- La rateta me ha nominado porque este blog (dice) le hace pensar. Es algo raro. Me sentí halagado y todavía no sé que decir.

3.- Me puse a mirar por la ventana. Él estaba detrás, sentado. Hablé sin mirarle, con la vista fija en la calle y las mujeres que corrían y notaba como golpeaba mi cerviz. Hablé de espaldas a su aplomo, como solo pasa en las películas porque en la vida real nadie habla de espaldas a su interlocutor. Tampoco sé porque lo hice.
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jueves, agosto 30

Viejas costumbres

1.- Se confirma que he regresado. Yo ya lo sabía pero, al parecer, la gente no. Me paseo por las calles y veo que los escaparates están desnudos y se revisten de invierno. Un muermo. Los tenderos salen y me aplauden (como a la Pantoja) pero no compro nada. Entro a ver a Mauri (mi tendero de cabezera) que observa que he engordado y llevo el pelo mal (paso de gominas, esto ya lo contaré). Me enseña zapatos y la envidia me corroe. "Si que estás tú mal, ¿no te has hecho hippy, verdad?. Tengo que hacer algo. Mi identidad, mi imagen y sobre todo los sueldos de medio Madrid dependen de mi.

2.- Paco ni me saluda. He vuelto pero no he ido a comprar nada. Está mosqueado porque cree que he cambiado de frutería. "Qué materialista eres, coño", le digo. "Eso lo serás tú y encima sólo piensas en el dinero", contesta. Pues eso.

3.- Tengo un nuevo sueño: montar una panadería. La mercería (creo) no está a mi nivel. Mis amigos se ríen porque dicen que yo no voy a madrugar nunca. No sé para qué cuento nada.
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martes, agosto 28

Di por quien lloras carita de emperaora

1.- La muerte me retiene toda la tarde. Obituario tras obituario. Pasan las líneas por mi vista. Son muertos con suerte porque tienen un texto que ilumina su biografía. Los otros se quedan en una esquela y ni eso.

2.- Acuñó palabras. Siempre le tuve miedo, era instintivo. Si había un retraso me aterraba llamarle para apremiarle. A las 4.00 de la mañana me ha llegado un mensaje para darme la noticia. Es algo morboso, pero hay gente a la que le encanta tener la exclusiva de un finado.

3.- Grelinno me ha enviado un vídeo que aun no he tenido tiempo de ver y ene me envía mails para ver qué tal voy. Es agosto en Internet, se nota.
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lunes, agosto 27

Me va, me va, me va, me va, me va

Jueves: Nos atrincheramos en una cena en casa de mi jefa. El lema son las tortillas. Son cenas en las que nos peleamos por hablar y, más, después de tanto tiempo sin estar juntos. Nos ponemos al día de los respectivos veranos. Reímos sin parar y el vino se derrama por la memoria. Mi jefa me presta Ébano.

Viernes: Llego al puerto para almorzar con el doctor Sanz. Un tipo que recauchuta a señoras y estirpa años a señores. Cuando me ve me inspecciona como a una merluza. Es deformación profesional, supongo. Le digo que el mar parece una jarra de cerveza con pespuntes de espuma. "Siempre he envidiado tu forma de adjetivar ¿todavía apuntas todo en moleskine?", me dice. Yo envidido su casa y su coche. Lo apunto. Lo que no se apunta, no existe.

Sábado: Junior sale a cenar y me quedo con Lucía. Ceno dentro pero Lucía quiere estar fuera en la terraza. Contemplar las hojas de los árboles es su afición favorita. Si está nerviosa, la sacamos y se relaja. A los cinco minutos se queda embobada, suspira y se duerme.

Domingo: La casa se llena de gente. Los niños comen paella "pero sólo arroz" con coca-cola. Se revuelcan por el suelo, tiran piedras, rompen juguetes. Los mayores también comemos paella, bebemos vino y fumamos fuera. Cuando se van limpio y me quedo solo. Es la última embestida del verano, todos los sabíamos pero disimulábamos.
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miércoles, agosto 22

En el punto de partida

1.- Durante años los periodistas de Marbella han tenido que tragar con amenazas e insultos para hacer su trabajo. Y me refiero a los locales, los que iban a los plenos y eran testigos de sobornos. Era la época de movi-Gil. Ellos vieron recompensado años de sufrimiento cuando todos empezaron a desfilar hacia la trena. Pero ahora todo se diluye. La gente les vuelve a insultar. Hay una máxima: todos contra el periodista. Les culpan de lo que ha pasado y de dar mala imagen de la ciudad.

2.- Mañana a estas horas estaré en la playa.

3.- Soy mala gente. Insto a los columnistas a cargar tintas contra Jaime Ostos travestido de geisa y contra Mar Flores que vuelve (es un decir) al cine interpretando a una chica del destape. Están hartos y dicen que haga yo las crónicas y, es verdad, hubiera tenido que empezar las crónicas veraniegas. Tal vez el año que viene me sume al carro.
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martes, agosto 21

¿Por qué se viste de negro?

1.- Estoy desentrenado. Ayer estuve brujulenado toda la mañana (por motivos profesionales) y llegué a la 1.30 al periódico. De ahí me marché a una comida animada. Por el mantel pasó Calderón, Capello y hasta la Pantoja, les hicimos un traje, vamos. Por la noche tuve una cena y a las doce me despedía agotado y con chaqueta. Pensé que estaba incubando una gripe, pero no. Era cansancio y el aire acondicionado. Fui paseando a casa y me agoté.

2.- Me he pesado. Es un tema en el que no me gustaría ahondar. Dos kilos más.

3.- A todo esto no hay nadie en la ciudad. A la gente que llamó la escucho entrecortada por el aire de la playa. Nadie me invita a comer, ni a cenar, ni a tomar copas. (Según mi cuenta bancaria solo puedo dejarme invitar) Sólo disfruto de emails y de Gallardón que cuando habla, monta un cristo.
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viernes, agosto 17

No está todo acabado

1.- La suerte es que no trabajaré fines de semana. Por eso, hasta que se acabe el sol iré y volveré hasta mi hamaca en colchoneta. Hay gente que me asegura que ya no hay casi nadie de vacaciones. Lo dicen por consolarme, no me lo creo.

2.- Notas en la moleskine: Inventar constantemente recetas con tomates, el olor del jazmín y la yerbabuena en la ventana, las siestas de Lucía, la casa llena de gente que aparece a las 20.00 y les dices 'quedaos a cenar', empalmar libros, los grillos como banda sonora de las noches, el ice-tee, el sexo tibio, debates sobre Darek y Letizia, atardeceres en el puerto mientras rajamos a la mujer hortera y a los pijos de yate... Paco el Pocero que armaba cristos en el mar ha sido una constante. Recuerdos del verano.

3.- Nos tuvimos que sentar encima de la maleta. Nada más pisar Italia advertí: "la moda romana ha entrado en mi y no respondo". El mundo es un pañuelo y las camisas de Milán necesitaban un hueco. Igual que los bolsos, loa zapatos, las botas, los abrigos... Llego aquí y lo primero que veo es un tio con riñonera y una panza llena de euros.

jueves, agosto 16

La memoria de los pies

1.- Tampoco sé por donde empezar. Debería contar que tengo la sensación de haber dejado una botella de agua con gas abierta. Que las burbujas del verano se escaparán sin remedio. Pero, mientras camino por el asfalto, siento que piso sobre la arena. Es mentira pero me reconforta.

2.- Las fotos atestiguan que estuvimos tomando capuccino frente a Prada. La Visa también se acuerda. Mi jefa quería hacer una cena y al final la haremos en su casa. Hasta septiembre no puedo hacer nada.

3.- Me gustaría volver a estar debajo de la hamaca, sintiendo que el tiempo es infinito y leyendo Cumbres Borrascosas y que el viento perezaba las ramas inamovibles. Del eterno cielo azul mediterraneo.
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