Las niñas ya no quieren ser princesas

1.- Me dicen que no lo cuente, pero en fin... Me he comprado los zapatos pero de una forma nada habitual. Fui a la tienda y después de mirar y mirar le dije a la dependienta: -El 42 de este modelo. -Pues no quedan. ¿Cómo? y no van a traer más?. Creo que no.(joder, por qué no he venido antes) Con la decepción encima veo que el dependiente los lleva puestos. Me acerco: -Oyes, son tuyos? -Sí, como trabajo aquí pudeo coger los que quiera (joder, me equivoqué de profesión). Eran el 42 así que me lancé. ¿me los vendes?. Los he llevado ya dos veces. Total que pactamos, le daba 30 euros más que el precio original. El chico empezó a descalzarse y yo le cogí el pie para olerlo (como un Buñuel cualquiera). Olían bien y cerré el trato con un apretón de manos. El chico pensaría que soy un obseso, un pervertido de los pies, un fetichista... Total que le dí el dinero las gracias y le aclaré:- Lo publicaré en mi blog. Y en un papel de factura le apunté la dirección asi que, desde aquí, un saludo.
2.- Ha venido a desayunra Júnior. Me ha dicho que le debo mucho: te he enseñado a nadar, a ir en bici, a mentir a la Menchu, a fumar, a ir en moto, a ligar, a afeitarte, a conducir. Vale, yo te hago el café. No sé por qué pero cuando estoy con él me siento super seguro.
3.-Pese a todo, sigo creyendo en la bondad del ser humano y sobre todo, sigo confiando en la bondad de los desconocidos.
...Y hasta aquí puedo leer