Bebiéndome el llanto de mis soleares

1.- Regresó mi abuela. Cuando la abracé noté que ya no era aquella mujer robusta sino que había menguada en la soledad de todos aquellos que la querías y que ahora hace años que ni se acuerdan de que aún vive. De aquellos ojos azules (que nunca pude heredar) quedaban ahora unos ojos llenos de nieve olvidada. Cántame algo, me dijo. Y yo empecé sentadito a su lado: Si en el firmamento poder yo tuviera... Y la pobre se puso a llorar: -Cantas igualito que mi nieto que hace años que no veo. Se fue a otro país y no volvió. El gitano luso (hacía años que nadie me llamaba así). Me dio pena decirle que era yo. ¿En qué momento se le cayeron las cortinas de la memoria?. Luego insistió: -Recuerdo que dormía en la calle y me pedía dinero hasta que le llevé a casa y ahí se quedó, como si fuera mi nieto de verdad. Una pena, penita, pena.
2.- Ahora que Darío se ha marchado ya no hay debate: Arguiñano es el mejor. Hasta la alcaldesa está de acuerdo. El finde le pongo un 7 y todo por el momento coche de Carmen, que ha dice que está dispuesta a que le quiten un riñón si vale la pena su ligue...
3.- Otros tres puntos mucho más merecidos que el barça (y no soy merengue, jeje). Por otro lado Forlán empieza a despertar (ya era hora) y Morientes defiende a Raúl. La pena ha sido lo de Alonso.
...Y hasta aquí puedo leer