Lunes: El mar ruge con desgana. En el patio hay una red, medio tejida. Las mujeres siguen levantándose muy temprano. Son los sonidos de siempre. Abrazo las paredes y el tiempo se escurre, se desliza del reloj. El viento grita fuerte y revuelve las hojas barridas. Estoy viviendo literalmente donde el mar se acaba.
Martes: La ciénaga está llena de limones. Supongo que es el último rescoldo del pasado pero no lo sé. En la vida nunca se llega a ninguna parte, simplemente se camina.
Miércoles: Hay atmósferas que asfixian. Una llamada a última hora sacude mis terminaciones nerviosas. Es la competencia, quieren hacerme una oferta. Allí estaré, les digo. Cuando cuelgo llamo a mi jefa. Escucháles y ya hablaremos, me confiesa.
... Y hasta aquí puedo leer
martes, junio 5
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5 comentarios:
Pues espero que sea la mejor oferta del mundo (coña aparte)... que sea la mejor oferta del universo.. así mejor.
Hay limones que hasta te endulzan la vida.. ejemplo. Entre limones (libro)
Suerte con esa oferta.
Yo creo que sí se llega a alguna parte: huimos hacia la muerte intentando no llegar a ella nunca.
Un saludo
Que la oferta sea la mejor de todas.
Precioso lo de vivir donde acaba el mar
Me declaro incapaz de comentarte día a día... me muevo entre atmósferas almodovarianas, limones y y lugares que me imagino aún sin conocerlo.
A mí nadie me oferta ni me contraoferta.
... tarjetita por aquí.
A él sí, Grelinno. Y además los que no le consiguen se enfadan e inventan el discurso del miedo para que se atormente pensando si se equivoca.Como si no les conociéramos.
A.R.
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